El pasado 30 de octubre fui invitado a participar del Encuentro de la Familia Ignaciana francesa y del Congreso de CVX en Marsella, Francia. Esta invitación fue a todo el ExCo a iniciativa de Dennis Dobelstein Presidente Mundial de CVX que ya había participado en el evento anterior. Aprovechamos y además tuvimos 3 días intensos de reunión de trabajo. Dennis, muchas veces nos había contado lo impresionante que significa estar en medio de la comunidad de CVX más grande. Y no exageró, participamos de un evento con 7.000 participantes y durante el día de congreso de la CVX éramos 2.000.
¡¡¡2.000 cvequianos en un congreso!!!
El preámbulo era complejo. Hacía menos de una semana, la Comisión Independiente sobre Abusos Sexuales en Francia (Ciase) estimó que en los últimos 70 años se habían cometido al menos 216.000 abusos a menores. La noticia fue y es devastadora. ¿Cómo reaccionar a algo así?
El tema del Congreso era la Laudato Si. El día comenzó bien temprano, todos juntos en un gran espacio de congresos, con un despliegue muy profesional de pantallas que transmitían en tiempo real lo que varias cámaras iban registrando; un coro; una banda de música; todas las intervenciones, exposiciones, discursos, en tiempos perfectamente programados (vi las planillas con el detalle).
La programación sincronizaba con la profundidad y claridad de conceptos que se iban exponiendo de diferentes formas por laicos y religiosos. El hilo conductor se estructuró sobre el marco conceptual del libro de Cécile Renouard, religiosa de la Asunción (este es su impactante CV: https://fr.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9cile_Renouard) que expone las 6 puertas por las cuales ingresar a la Laudato Si. La exposición en francés la pueden ver acá: https://youtu.be/Xg4-6QPAqGw, es realmente muy buena. En el almuerzo tuve la oportunidad de estar en la misma mesa y conversamos algo más. Una mujer de increíble intelecto con claridad y profundidad en las reflexiones, además con mucha sencillez y suavidad en el trato. Me hizo recordar a Elena Lasida. Algo tienen las dos en común, probablemente que combinan teología, economía y ecología, pero además y sin dudas, han atravesado las puertas de la conversión ecológica. A lo mejor en su forma, su estilo de ser, de conversar y transmitir haya algo ignaciano, como producto del discernimiento y el encuentro con la Voluntad de Dios que afectó y transforma su estilo de vida.
Las diferentes intervenciones se fueron sucediendo, cada una abordando una de las 6 puertas. Así un artista plástico describe su obra, una teóloga y después una política. La cuarta puerta fue un poema recitado por un hombre y una mujer e interpretado por un caballo y su jinete que entraron en medio del auditorio de 2000 personas. Fue un efecto notable, la naturaleza se representó en un animal enorme y majestuoso que además era dirigido con mucha elegancia (minuto 30 de este video https://youtu.be/1YgiYaQ_WFo, pero si quieren, pueden y se animan en francés, se los recomiendo entero).
Para la puerta 5, la Praxis, invitaron a el encargado de la Fundación Amar y Servir que comentó las diferentes obras que esa Fundación realiza con los aportes de la CVX y otras organizaciones. La sexta puerta iba a ser tratada por el Obispo de Marsella, pero quedó atrapado en el tránsito. La aparente frustración terminó por convertirse en una de las mejores intervenciones, la ex presidenta de Caritas Francia y reconocida activista política, con un discurso claro, enfático y un llamado a la acción de los católicos y sus instituciones que cosechó muchos aplausos de los cevequianos franceses. El Congreso terminó con la intervención de Denis Doblestein, presidente de la CVX mundial, que comunicó que la próxima Asamblea Mundial será en Amiens en agosto del 2023.
En la noche cenamos, las 2.000 personas y después fuimos a una obra de teatro-opereta de la vida Ignacio. Muchos jóvenes, mucha música, canto, humor y producción. Seríamos como 4.000 personas. Imagínense al auditorio abucheando al mal espíritu. Puedo seguir horas contando más cosas, pero paso a una reflexión que sigo elaborando.
“Esta es la Iglesia que imagino” esas palabras pueden resumir el sentir que compartimos con algunos miembros del ExCo luego de la misa final, donde ya éramos 7.000 personas. Hubo varias imágenes que comparto: el obispo de Marsella entrando con los concelebrantes detrás de un grupo de laicos con quienes compartieron en altar; los niños llevando el Evangelio antes de las lecturas; un comentario, luego de la homilía del Obispo, de la superiora de la congregación de las Xavierianas; los asesores de comunidades de CVX dando la comunión a las 7.000 personas; un momento en donde todos los curas que habían en el auditorio sentados, se levantaron y se pusieron el alba entre nosotros; la música; el coro; las pantallas; la alegría; el dolor del pecado por los abusos bien presente; el rol especial a las mujeres; todo nos dejó un sabor de que “es por acá”, este es el camino resiliente, a lo mejor por acá la CVX y la familia ignaciana pueden aportar a la Iglesia y al mundo en transformación. A lo mejor nosotros, desde Uruguay, también podemos animarnos.
Este fue un momento de “Señor mío y Dios mío”, como Tomás cuando mete el dedo en la llaga. Por la herida, como a Ignacio y como en muchas de nuestras vidas, es por donde reconocemos a Dios resucitando, otra vez y como siempre.
Diego Pereira (Namasté)
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